miércoles, 21 de marzo de 2012

Errare humanum est.

Pasamos por miles de momentos casi insignificantes cuando los vivimos y nos sorprende el comprobar después de un tiempo lo grandes que han sido, lo que han significado, lo que te han marcado. 
Poco a poco nos damos cuenta de lo que verdaderamente ha sido crucial en este camino largo, estrecho, costoso. Todos, llenos de todo y de nada, nos seguimos los unos a los otros persiguiendo sueños y alguna que otra vana esperanza. Y sí, todos hemos cometido errores, seguimos cometiendo errores y los seguiremos cometiendo en lo que dure nuestro viaje. Puede ser que éstos acaben afectando la decisión de qué camino coger cuando nos encontramos una bifurcación o por el contrario nos confundan aún más estancándonos en un punto muerto, sin salida. 
Errores que pueden considerarse grandes aciertos después de un tiempo al ver que ha valido la pena equivocarse o aciertos que se convierten en errores. 
Las cosas en la vida no siempre tienen que ser buenas o malas. Las cosas pasan, pero la memoria persiste. Nadie puede olvidar lo que ha significado una canción, un dulce gesto, una gran amistad que quizá ahora se han ido esfumando por la confluencia de esas extrañas fuerzas que se escapan de nuestra mente, para liarnos y que nos sintamos incapaces de saber ni qué estamos diciendo.

lunes, 19 de marzo de 2012

tímida revolución

contigo pierdo el miedo a saltar, a volar, a huir, a robar segundos al tiempo y morder cada minuto con fuerza sobrehumana, incluso cuando no tengo ni para levantarme

viernes, 2 de marzo de 2012

Dulces escalofríos, cálidos mordiscos.

-¿Reloj? ¿Qué es eso? ¿Tiempo? ¿Qué es eso?- pensó ella.

+ El tiempo es eso que hace que las manijas de esa esfera que llevas en la muñeca corran, se persigan hasta llegar a un mismo punto, hasta coincidir, y seguir su propia ruta, siempre girando, sin parar- le contestó su conciencia.


Y es que cuando él está a su lado nada existe, ni siquiera el tiempo, tan reinante como suele presentarse. Para ella se esfuma entre sus dedos, entre sus abrazos donde no queda ningún espacio, entre sus intensas miradas, entre sus juegos y caricias.
Cada suave respiración seguida por ella con sus manos en su fuerte pecho, cada latido de su corazón, rápido, cada sonrisa por saber que , que de verdad está con ella, en ese preciso y precioso instante, cada carcajada por cualquier tontería que se les ocurra, porque los dos se transforman al estar juntos. Son un universo aparte y único, especial y lleno de algo indescriptible.
Sin querer se da cuenta que no puede parar de mirarlo y es que, como se mira a un bebé, ella podría estar toda una vida sin dejarlo de mirar y con una sonrisa estúpidamente pintada en su cara.

Quizá por ser viernes, quizá por ser fiesta, quizá porque se ha dado cuenta de que no puede estar sin él, ahora no puede dejar de sentir su olor en su habitación, no puede dejar de mirar su fotografía, no puede dejar de repasar su letra, no puede dejar de escuchar esa recopilación de canciones tan dulcemente escogidas, no puede dejar de desear con todas sus fuerzas que los muros se caigan y que sea el fin del mundo, porque besarlo, para ella, es como el fin del mundo.