
Ella sigue viéndose como esa niña de quince años emocionada por salir el último día del año, elegante, con sus amigos, entusiasmada por sentirse mayor. Hoy se siente realmente mayor. Sabe que en este último año hay muchas cosas que han cambiado y es que sin darse cuenta, todo lo malo le ha sobrevenido, pero lo bueno la ha encandilado hasta el mismísimo día de hoy.
Ha dejado atrás varias personas, otras han decidido, al fin, quedarse. Las que entraron hace un año ya están tan aposentados que ni un viejo huracán logrará arrebatarlos de ese rinconcito acogedor de su corazón, y es que allí están muy cómodos.
Sus "SIEMPRE" siguen ahí. Hoy no van a verse, pero su mente siempre tiene un reservado para ellos y saben lo que eso significa. Estos 366 días no han sido los mejores, los baches eran muy grandes para superarlos pero con ellos siempre es fácil. La han hecho valiente, le han dado ganas de luchar por lo que quería, la han hecho la persona en la que se está convirtiendo.

Ahora que todo lo de este año se va recuerda como todo no ha sido tan negativo. Se siente acorralada por un miedo inusual por su futuro, aunque sabe que de la mano de todos será pan comido.
Llegarán los disfraces en febrero, los nervios, borracheras y cantadas en marzo y abril, las histerias en mayo y junio, los "¡cuidado!" en julio, los "Feliz cumpleaños y cuidado que ya puedes ir a la cárcel" en agosto y su más aterradora expectativa "Bienvenida a la universidad". Lleva años soñando que este 13 llegara. Lo superará con éxito.