Aun ahora parece intentar pasar desapercibido, sin ser visto, como un gato sigiloso y silencioso, de esos que vienen por detrás y solo sabes que están ahí por el suave y fino roce de su pelo con tu sensible piel, un susto entrañable, una presencia abrumadora y agradecida.
Aunque lo intente, conmigo no lo consigue, para mí se ha convertido y es una de esas piezas clave en el mapa de mi desordenada vida. Es un grano de arena imprescindible en una playa menuda y acogedora y que yo siempre busco, no puede haber playa si falta ese granito. Esa partícula de arena es mi mayor confidente, mi mayor exponente de confianza, mi cofre de secretos del que solo yo tengo la llave. Un cofre que me habla y hace sentirme genial y me dice cuando cree que no debería hacer algo o prefiere callarse porque sabe que yo le entiendo, lo único que creo que quiere es que yo no sufra.
Sus sueños vuelan alto para que incluso lleguen a mí y soñemos casi lo mismo, porque sé que hasta su subconsciente se preocupa por mí, él es así. Me gusta tanto su compañía, sus gritos fugaces, sus susurros ininteligibles, sus gestos, sus caras raras, sus típicas frases y sobretodo sus carcajadas, para mi gusto escasas, son preciosas. Adoro verlo feliz.
Nada en un océano de dudas del que ni él, ni yo, ni nadie, ni siquiera el destino (si existe) sabe si saldrá, mientras tanto él no mira las nubes y aprovecha cualquier ola que lo lleve a un posible destello de naufragio para perderse un ratito en una isla no muy desierta, donde parece que el sol nunca se pone, siempre amanece, allí. Se queda un ratito más para después, haciéndose el loco, contarme su experiencia como marinero naufragado en una isla inexistente e intangible.
Quizá nuestras largas y entretenidas charlas sean el punto culminante de una entrañable amistad que se ha ido forjando con los años, años que han sido veloces, como un rayo en una tormenta eléctrica.
Su única compañía llena esa parte de mi mente y corazón que a veces se siente tan sola, la que solo necesita un saludo y un abrazo de los suyos.
Eres único chico, y quiero que sepas que siempre vas a tener a tu lado a la pesada que siempre quiere y querrá una foto contigo, porque te quiero.
Sé que merecías algo mejor pero hoy mi cabeza loca ya no da para más.
Seguro que con eso y tu amistad está totalmente satisfecho. te quiero, nena
ResponderEliminarSense paraules! moltes gràcies!
ResponderEliminarQue bonitoooooooooooooooooo *-* Que suerte tiene este chico de tenerte como amiga. Te quiero princesa <3 Besos (L)
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