martes, 13 de septiembre de 2011

Lucha de titanes.

Una lucha de titanes se produce cuando los contrincantes de esta no aflojan ni ceden un mínimo milímetro. Ambos tienen algo que ganar y están dispuestos a lo que sea por conseguirlo. Los dos tienen un motivo suficientemente grande para luchar y al final vencer al enemigo y poder quedarse con la gloria y la satisfacción de haber ganado a ese gran rival y además quedarse con el objeto o causa de esa lucha napoleónica, como conseguir encontrar una linda flor en medio de un funesto campo segado por un calor asfixiante.
Este enfrentamiento comienza con la presentación de los adversarios aunque ninguno llega a explicar su propio motivo. Es fácil, simplemente, sólo él sabe su particular motivo al igual que su rival. Después se preparan y empieza. Es todo un espectáculo verlo. Son tan fuertes como uno de esos árboles milenarios de algún bosque exótico.
Esa fuerza, esa fortaleza, esa capacidad de aguantar el bombardeo de dudas y fallos de conciencia, son dignas de admirar. Es increíble como se puede luchar tanto por lo que uno quiere. Luchar por alcanzar algo, a veces, inconcebible, ni siquiera imaginable.
Sólo ellos son los que realmente saben lo que es, tanto la lucha (tan dura como agotadora y larga) como la victoria.
La derrota parece algo inexistente al oír hablar de semejante espectáculo, pero sí, existe. Aunque estas especiales contiendas suelen acabar en rendiciones (una forma de acabar un poco extraña comparada con la gran intensidad de la lucha). Rendiciones que se producen por cansancio tras ese largo enfrentamiento; por dudas sobre si su motivo es suficientemente fuerte y grande cómo para sufrir el dolor de la lucha y el de la derrota. Es cómo no volver a ver el sol salir, estar condenado a una oscuridad insondable e impenetrable aunque temporal; derramar tantas lágrimas como esfuerzos realizados (una forma delicada para esos grandes luchadores) y soltar esa rabia por necesidad, como una manguera enganchada con un zapato (del enemigo), con agua acumulándose y a punto de explotar.


Del cuaderno de mis metáforas inconcebibles...

4 comentarios:

  1. Eres tan mágica, que esta lucha no podrá superarte. Te quiero perdida.

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  2. No eres un titán, eres más que ellos; tú no vas a rendirte. En tu mente, en tus ojos podrás pensar que debes rendirte, que se acabó, pero sabes que ni tú ni yo vamos a dejar que dejes esa lucha constantemente intensa. Quererte, pordría decirse que es decir poco.

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  3. Es la primera vez que me paso por tu blog y ya me he leído unas cuantas entradas... Puedo decir que que encanta como escribes, te expresas genial! Te sigo :) Pásate por mi blog si tienes un rato, ¡te espero! Un beso <3

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  4. Nunca te rindas :) Lucha por lo que quieres, aunque no seas un titan. Creo que tienes cierto don para expresarte, en serio. Gracias por tus ánimos y consejo que me has dejado en mi blog <33 Muaack ^^

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