Me gusta que no existas. Así, puedo verte sin mirarte, puedo hablarte en silencio y llamarte a miradas.
Me gusta porque así puedes ser el fantasma que de vez en cuando se cuela en mis pensamientos desordenándolos todos con dulces besos en la espalda que hacen que un escalofrío recorra todo mi cuerpo.
Me gusta porque cuando existes puedo contarte todo y más, y cuando no existes puedo pedirte que te acerques, me sonrías y me alegres.
Consigues, sin existir, que resurja de mis propias cenizas, como el ave fénix.
Sin existir, haces que cada mañana tenga otro color, aunque solo consiga verte yo; que cada mueca de mi cara quede reflejada en un espejo en el que tú vives; que cada paso que doy me recuerde que por ahí me ha parecido soñar pasear contigo de la mano, helada por el frío.
Me gusta saber que contigo, o con tu imaginaria presencia, conseguiré perder el miedo y a saberme refugiar en ti, en tu dulce abrazo que logrará que el resto del mundo no me importe mientras sienta tu brazo tras mi espalda.
Eres como la primera flor de un almendro: dulce, preciosa, única, como tú.
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y pensar que sólo estoy usando mi mejor arma, la imaginación... |
sin embargo las cosas que imaginamos o queremos son aquellas que existen, que vemos!
ResponderEliminarUn beso, gracias por pasar por mi blog!
Hola hola mi niña preciosaaaaa <3
ResponderEliminarAntes que nada, gracias por estar siempre ahí, comentando cosas tan bonitas, en serio, mil gracias.
¿ Verdad que es precioso que no exista ? Se vive mejor, más tranquila. Tan solo con el recuerdo de su fantasma es suficiente. Estoy contigo en que no hemos elegido la mejor etapa para comenzar de nuevo, pero como tú bien dices, tiene que ser por algo. Y estoy segura que es por que algo bueno nos tiene que pasar ja ja ja. Bueno, princesa, que cada día te superas más escribiendo. Eres un cielo de niña, te lo digo de corazón. MIL Y UN BESOOOOOOOOOOOS <3