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Aire enjaulado
Quizá porque hoy ha sido un día extraño, y es que se ha asomado en todo el cielo la lluvia, el sol, el viento y la niebla. Y como algo de lo que dependiera en ella también se ha mezclado ese cúmulo de fenómenos. No pretende llamar la atención, es más, lo odia. Sólo quiere sentirse ella, quiere poder abandonar ese estado de nerviosismo constante y a la vez tan fácil de abandonar... Es un hoy y un mañana, un aquí y ahora, es un ya y un junio que llega mañana de la mano de un ataque de histeria. Es un no tener tiempo para peinarse y mirar las formas de la nubes tan descansadas a veces, que parecen leones enfurecidos a punto de comerse un ratón. ¿Dónde han quedado esos largos paseos interminables? ¿o esas tardes de versos recogidas en una cinta blanca?
Necesita una bocanada de aire fresco, aunque sea dentro de esas mismas paredes. Ahora está oliendo a podrido y ya nadie se da cuenta.
Estas pocas semanas circula sumida en ella, y es que la marcha de su gran alegría la dejó inerte, en un suelo frío de un 20 de enero.
Ahora dispuesta a honrar su nombre se levanta pero la gran presión le está ganando y busca fuerzas de flaqueza en su tesoro.
Sal a la luz, pequeña, pero cuidado, que ciega.
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