miércoles, 27 de julio de 2011

Realidad

Hace ya algún tiempo que dejé de creer en princesas, en cuentos de hadas, en príncipes azules y finales felices. Era un mundo mágico en el que todo era posible, TODO. 
Tú, ingenua, creías que al crecer, al hacerte mayor, vendría tu príncipe azul montado en su caballo blanco y te llevaría lejos a vivir en un castillo enorme y precioso. Tu hada madrina te ayudaría en todo y te evitaría los obstáculos.



Pero llega el momento en el que te das de bruces contra el suelo. El castillo se vuelve feo y gris, oscuro. Te das cuenta de que no tienes hada madrina y que hay duros obstáculos que enfrentar; no viene ningún príncipe azul, aunque lo esperes toda la vida. Y, por supuesto, sin caballo ni castillo.
"Era mentira", piensas. " Todo este tiempo ha sido una ilusión".
 Pero te paras para reflexionar en todo esto y ves que no todo era tan malo como parecía.
No tienes una hada madrina, tienes 10; no tienes una familia perfecta rica o pobre(como cenicienta), tienes una familia sencilla que te quiere con locura; no viene ningún príncipe azul con un caballo blanco, pero cuando menos esperas aparece un malote encima de una moto negra que te quita todas las perezas. Y sí, no hay castillo ni casa ni lugar dónde huir, pero... ¿para qué huir teniendo todo esto?

No hay comentarios:

Publicar un comentario